Capítulo 9: Productos Y Subproductos

‘EL PRODUCTO’ DEFINIDO

Un producto es un servicio o artículo terminado y de alta calidad en las manos del consumidor como intercambio por algo valioso.

Ejemplo: Daniel es un carpintero. Él construye gabinetes de baño y cocina. Teresa contrató a Daniel para reemplazar sus gabinetes de cocina con gabinetes de madera sólida (artículo) por cierta cantidad de dinero acordada (algo valioso). Él construyó unos bellos gabinetes de madera de cerezo (alta calidad), finamente lijados y sellados con tres capas de barniz y decorados con elegantes accesorios de acero inoxidable (terminado). La instalación que hizo Daniel de los gabinetes (en las manos del consumidor) fue impecable. A Teresa le encantó su mano de obra y con gusto le pagó por su trabajo (intercambio).

A menos que sea intercambiable no es un producto del todo. El producto es intercambio, el intercambio es producto.

Ejemplo: Orlando es un artista y pinta al óleo. Sus obras se han vendido bien en la galería de Blanca. Recientemente, Orlando decidió pintar una serie de paisajes, lo cual es un alejamiento del arte moderno por el cual él es bien reconocido. Blanca exhibió sus paisajes en la galería por un mes pero no se vendió ni una sola pieza. Finalmente retiró las obras y se las regresó a Orlando para hacer espacio a obras que se vendieran. Aunque las obras de arte de Orlando son artículos terminados y de alta calidad no son PRODUCTOS porque no están “en las manos del consumidor como intercambio por algo valioso”.

Aún el individuo tiene que poner su servicio o artículo en las manos de algún otro empleado antes que pueda ser llamado producto.

Ejemplo: Lucía trabaja en la oficina de un quiropráctico. Su trabajo consiste en mantener el libro de citas lleno, verificar la cobertura de los seguros antes de las citas y asegurarse de que los pacientes lleguen a tiempo. La semana pasada, Lucía llenó por completo el libro de citas, verificó toda la información de los seguros y logró que el 95% de los pacientes llegaran a tiempo para sus citas. El gerente de la oficina estaba asombrado con su producción. Lucía satisfizo la definición de producto, en el sentido de que sus servicios fueron terminados, de alta calidad y en las manos de sus compañeros de trabajo. Lucía proporcionó un intercambio por algo valioso (su pago) el cual recibió.

Por otro lado, supongamos que Lucía no logró obtener la información requerida sobre los seguros de ninguno de los pacientes. No le entregó a la encargada de facturación la información vital que necesitaba para una facturación rápida y correcta. En este caso, Lucía no podría llamar a este aspecto de su trabajo (verificación de cobertura de seguro) un producto, ya que no lo puso en las manos de algún otro empleado, en este caso la encargada de facturación.

NOMBRA, DESEA Y OBTÉN TU PRODUCTO

Los productos nunca se producen por sí solos. Tienes que nombrarlos (es decir, especifica lo que tus productos son), desearlos y obtenerlos.

NOMBRA

Desglosando esto en sus partes, encontramos que el fallo más común de cualquier empleado, radica en el primer ítem: ¡NOMBRA TU PRODUCTO!

En los organigramas se tienen enumerados los productos. Cada empleado tiene uno o más productos. Cuando veas a los empleados dando vueltas, chocando contra las paredes y entre sí, y sin producir nada, lo más probable es que pocos de ellos pueden NOMBRAR qué productos están tratando de producir.

SI LA PRODUCCIÓN NO ESTÁ TENIENDO LUGAR, ES PROBABLE QUE FALTE LA APTITUD DE NOMBRAR EL PRODUCTO.

DESEA

Uno tiene que DESEAR de hecho el producto que está pidiendo o tratando de producir. No es necesario tener un aturdimiento místico vehemente acerca de desear el producto. Pero uno tampoco debería estar poniendo montañas en el camino de alguien que esté tratando de llevar algunos maderos al solar1 de construcción del edificio.

OBTÉN

Para OBTENER, tienes que saber cómo organizar. Para llegar a alguna parte a la hora de OBTENER un producto, uno tiene que pasar cierto tiempo organizando de muchas maneras diferentes: la propia organización, el entrenamiento en el hat, la destreza técnica que los empleados deberían tener. Un director tendría un aspecto bastante ridículo tratando de ordenar que se construyera una pared de ladrillo, si no tuviera ladrillos ni albañil, ni proporcionara ninguno de los recursos para obtener cualquiera de los dos.

Claro, que si sólo organizas y nunca produces, tampoco vas a obtener un producto. Pero si sólo produces y nunca organizas, la única pared de ladrillos que verás es aquella con la que chocarás.

PRODUCTOS FINALES VALIOSOS

Por definición, un producto final valioso es algo que puede intercambiarse con otras entidades (por ejemplo, una división, una compañía, una comunidad, etc.) a cambio de apoyo. El apoyo equivale generalmente a comida, ropa, alojamiento, dinero, tolerancia y cooperación (buena voluntad).

A nivel individual esto es fácil de captar. El individuo produce uno o varios productos, los cuales, al fluir hacia dentro del departamento, la división, la organización, la compañía, la comunidad, el estado, la nación o el planeta, le reditúan su remuneración y buen nombre, o al menos suficiente buen nombre para impedir su abandono o destrucción. La supervivencia a largo plazo del individuo se logra de esta manera.

Un producto final valioso (PFV) es valioso porque es potencialmente, o de hecho, intercambiable. La palabra clave en este sentido es INTERCAMBIABLE. E intercambiabilidad se refiere al exterior, con algo que está fuera de la persona o entidad (una unidad organizacional, por ejemplo, una sección o departamento). A un producto final valioso se le podría denominar con facilidad PRODUCTO INTERCAMBIABLE VALIOSO.

Las partes de las organizaciones, las organizaciones, ciudades, estados y naciones siguen, todas ellas, los principios que se aplican al individuo. La supervivencia o el valor de cualquier sección, departamento, división u organización radica en si sigue o no estos principios de intercambio. Por lo tanto, es vital que una persona o una sección, un departamento, una división, una parte de una organización o una organización determine con exactitud qué está intercambiando. Está produciendo algo que es valioso para la actividad o actividades con las que está en comunicación, y está obteniendo apoyo por eso. Si realmente está produciendo productos finales valiosos, entonces tiene derecho al apoyo.

Los fundamentos de los productos finales valiosos son verdaderos para cualquier sistema industrial, político o económico. Muchos sistemas intentan eludir estos fundamentos, y en tales casos, el resultado final sería el desastre. El individuo, la sección, el departamento, la división, la organización o el país que no esté produciendo nada que sea lo suficientemente valioso como para intercambiarlo no será apoyado durante mucho tiempo. Es así de sencillo

COMPILAR UNA LISTA DE SUBPRODUCTOS

Si una persona o cualquier parte de su compañía solo está organizando o esperando o “haciendo relaciones públicas”2 y no está produciendo una mercancía o mercancías intercambiables en VOLUMEN o de CALIDAD, por las que se pueda obtener e incluso exigir apoyo, esa persona o parte de la compañía no será VIABLE (es decir, capaz de éxito o eficacia continua). No importa cuántas órdenes se emitan o lo bien que se tracen los organigramas o lo bonitos que sean los planes que se hagan para producir. El hecho concreto de la producción sigue siendo el factor dominante.

Lo bien que estén organizadas las cosas aumenta el volumen de la producción y mejora la calidad, y así puede producir viabilidad.3 Pero es el producto final valioso que está ahí y que se está intercambiando lo que determina la supervivencia básica. Siempre se puede encontrar el origen de la falta de viabilidad en el volumen y la calidad de un verdadero producto final valioso

La esperanza de un producto tiene un valor a corto-plazo que permite que una entidad se desarrolle. Pero cuando la esperanza no se materializa en un producto, entonces cualquier esperanza de viabilidad también se desploma. Uno, por lo tanto, debe organizar hacia atrás a partir del producto realmente producido.

Si tomas cualquier PFV y retrocedes por él paso por paso, usando un análisis de SER–HACER–TENER de lo que se requirió para crearlo y luego escribes una lista de acciones preliminares (es decir, las acciones en secuencia que tienen como resultado el PFV), tendrías una lista de subproductos.

Ejemplo: Alejandro es un coordinador de seminarios. Él es el encargado de montar los seminarios para su compañía en salas de conferencias en hoteles por todo el país. Los seminarios deben ser programados con tres meses de anticipación y dar como resultado una asistencia máxima con todo el personal y materiales requeridos presentes. Su PFV es “Seminarios bien planeados y entregados con éxito”.

La lista mínima de los subproductos se dividiría en lo que tendrías que SER, lo que tendrías que HACER y lo que tendrías que TENER para lograr un seminario bien planeado y entregado exitosamente:

Si en alguna fecha futura, Alejandro descubriera que había algo mal en su producto final valioso, lo único que tendría que hacer sería evaluar esta lista y encontrar la razón de que no hubiera un PFV. Los subproductos que él omitió y los objetivos equivocados que persiguió saltarían a la vista y, si se manejan, podría tener como resultado su PFV bastante rápido.

Una lista válida de subproductos aumentará enormemente la eficiencia de la organización y mostrará los agujeros. Como son los PFVs, no las promesas ni la esperanza, los que mantienen a una organización en marcha, puedes ver que una lista de subproductos es vital para enderezar un área.

Al evaluar las listas de los subproductos en contraposición a una inspección directa del área a la que se aplican, uno puede ver las cosas más importantes que faltan. Son estas cosas que faltan las que impiden el logro del producto final valioso del área, tan vital para la supervivencia de la organización.

La prueba de cualquier lista de subproductos es: ¿Tiene como resultado productos finales valiosos? Si no es así, alguien ha estado ocupado en hacer que el personal esté ocupado (es decir, con trabajo no productivo: el trabajo que consume tiempo pero no arroja resultados productivos). La prueba de una lista de subproductos correcta es: Cuando se usa, ¿da como resultado buenos PFVs?


1. solar: porción de terreno donde se ha edificado o que se destina a edificar en él.

2. hacer Relaciones Públicas: Relaciones Públicas es buenas obras a las que se ha dado buena publicidad. (Se usa PR como abreviatura de Relaciones Públicas). Se compone de aquellas funciones de una corporación, organización, etc., relacionadas con el intento de crear una opinión pública favorable para sí. Las Relaciones Públicas se pueden corromper dando lugar a “una técnica de mentir de manera convincente”. Usado como una expresión de jerga, “hacer Relaciones Públicas” significa presentar una gran cantidad de informes falsos que sirven como cortina de humo para ocultar la ociosidad o las malas acciones.

3. viabilidad: la longevidad, utilidad y lo deseable del producto. La viabilidad depende, principalmente, del intercambio en lo que concierne a la economía.

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